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"Jaime la humillaba" y "le empezó a estorbar": Hermana de Viviana Haeger relata cómo era su matrimonio con Anguita

  • Por Matías González Olguín

La desaparición y posterior muerte de Viviana Haeger en Puerto Varas tiene tantos antecedentes como negligencias, siendo estas últimas las que retrasaron la investigación del crimen. Fueron 42 días los que estuvo el cadáver de la mujer en la buhardilla de su propio hogar, que ya antes había sido periciada por equipos de la Policía de Investigaciones (PDI). 

El hallazgo del cuerpo ocurrió el 10 de agosto de 2010, cuando su esposo, Jaime Anguita, sintió un presunto mal olor en la habitación matrimonial, lo que lo motivó a buscar en el entretecho de la casa.

El crimen de Viviana provocó un quiebre irreconciliable entre Anguita y los familiares de su fallecida mujer, porque creían que él había sido el asesino. Sin embargo, a pesar de todas las pruebas que estuvieron en su contra, no fueron contundentes para culpabilizarlo.

La justicia determinó que el verdadero asesino fue José Pérez Mancilla, un trabajador de la empresa de Anguita a quien conocía desde hace tiempo. El obrero confesó que Jaime le pagó para que matara a Viviana, pero el supuesto pago nunca se pudo evidenciar.

Estos antecedentes están retratados en la serie chilena de Netflix, "42 Días en la Oscuridad", inspirada precisamente en el caso Haeger. No obstante, algo en lo que no profundiza la exitosa producción nacional es en cómo era el matrimonio entre Viviana y Jaime.

Si bien muestra pincelazos de la pareja, familiares de la víctima aseguraron durante la investigación que la relación era mucho más complicada, a tal punto de que no existía amor. 

¿Cómo era el matrimonio de Haeger y Anguita?

Capítulo I: "Yo le recomendaba tener un amante"

La historia de la plataforma de streaming fue grabada en base a los acontecimientos registrados en el libro "Usted sabe quién. Notas sobre el homicidio de Viviana Haeger", del periodista Rodrigo Fluxá, quien de hecho hace de guionista en la serie.

Aquel libro reúne declaraciones de varios personajes clave, entre ellos, las hermanas de la fallecida. Más precisamente, Fluxá anotó lo que declararon ellas ante Fiscalía y lo que le contaron a él durante entrevistas exclusivas.

Mientras la mujer permanecía desaparecida, una de sus hermanas, Ingrid Haeger, habló con la justicia para detallar la relación que mantenían esposa y marido: "No se llevaban bien. Yo le recomendaba a Viviana que tuviera un amante". 

"Una vez, incluso Jaime pasó a la casa con dos mujeres del trabajo, se cambió de ropa y se fue a una fiesta, dejando a Viviana cuidando a las niñas. Él era muy distante de todo lo que pasaba (...) solo depositaba una cantidad de dinero", señaló.

Magaly Haeger, melliza de Viviana, fue más dura con su cuñado ante la policía: "En ocasiones, a mí me molestaba que fuera tan perfecta. Frente a su marido no decía garabatos, con nosotros se relajaba. Nos decía que Jaime la humillaba cuando veía a su familia del norte".

Y eso no es todo, porque agregó que "Jaime es una persona muy calculadora, siempre está pensando en lo que pasará más adelante, analizando el presente y futuro. Debe saber algo más", refiriéndose a una presunta responsabilidad de él en la entonces desaparición de la mujer.

Capítulo II: "No me tincó, muy señorito"

Magaly tuvo un particular papel cuando Jaime conoció a la familia Haeger, ya que le habían ofrecido primero a ella salir con él, en desmedro de Viviana: "Jaime era conocido de mi hermana Mónica. Quisieron ir a bailar con un grupo de amigos, pero él no tenía con quién salir", dijo en una entrevista con Fluxá.

"Le preguntaron a la Mónica, que luego me preguntó. Le dije que no podía, pero era mentira, sí podía. Lo que pasaba era que yo ya lo había visto. ¿Me tinca o no me tinca? No me tincó, muy señorito. No era tonto, era de buena familia, pero a mí me gustan más joviales. Lo que más me llama la atención hasta hoy es que a Viviana tampoco nunca le gustó", aseguró Magaly.

Consultada por eso, detalló que "se notaba y lo decía seguido (que no le gustaba). Y un día llegó de la mano con él, de la nada. Nadie entendía por qué. Jaime era muy raro".

De ahí en adelante, Anguita siguió protagonizando particulares episodios, según relata: "¿Sabes lo que hizo la primera vez que fue al campo nuestro?", le consultó al periodista, como si fuera a contar la curiosidad más grande que haya presenciado.

"Se sentó como indio en el piso, a tomar leche recién salida de la vaca, sin hablar nada. Nos miraba desde el piso, tomando leche tibia. Mi mamá nunca lo pasó", afirmó.

De acuerdo a Magaly, la intolerancia que sentía su madre hacia Jaime llegó a tal punto que "el día en que se casaron, ella le ofreció dinero a un tío para que secuestrara a la Viviana y se la llevara a Argentina. Algo le molestaba mucho de Jaime".

Sobre las reuniones familiares, recordó que era "imposible profundizar con él en cualquier tema", que solo se podía conversar formalidades. Además, "se iba siempre a dar vueltas con los niños. Prefería estar con ellos que con los adultos".

 

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Capítulo III: "La cara más diabólica que he visto jamás"

Definitivamente, la relación entre los Haeger y Anguita no era la mejor, ni antes ni después del crimen de Viviana. Magaly contó que Jaime "nos creía unos iletrados, analfabetos incluso".

La melliza contó que el viudo tenía dos caras. Una es la que se vio durante las investigaciones, cuando era entrevistado por las autoridades o cuando aparecía por televisión. La segunda, otra que muy pocos sospechaban que existía. Para justificar su aseveración, la mujer dio dos ejemplos.

Algunos viernes, Anguita la pasaba a buscar para que Magaly y su hija estuvieran durante el fin de semana en la casa del matrimonio: "Yo alojaba en la habitación de la hija mayor (Vivian) y él se iba sagradamente a despedir de ella, cuando estábamos durmiendo".

"Yo me hacía la dormida y veía cómo él se paraba ahí en la puerta, mucho rato, a mirarme con una cara burlesca, de odio, despreciándome. Como que cuando sabía que no lo miraban podía mostrarse realmente tal cual es", le confesó a Fluxá.

Siguiendo sus palabras, una cara similar mostró durante la búsqueda: "Jaime estaba sacando su camioneta, de noche, con las luces encendidas. Yo venía llegando, pero él no me vio. Él giró la cabeza y es la cara más diabólica que he visto jamás, como cuando realmente logras ver el otro lado de alguien que ya conocías. Me puse a temblar". 

Capítulo IV: "Jaime la tenía amenazada de quitarle las niñas"

Continuando con la entrevista, Haeger le contó a Fluxá las supuestas intenciones que tenía Anguita con la fallecida contadora profesional: "La buscó para que fuera la madre de sus hijos. Viviana me dijo que le había preguntado a Jaime por qué se había casado con ella".

"Él le respondió que para ser la madre de sus hijos, que el resto se podía conseguir por fuera. Después que tuvo a las hijas que quería, bonitas, blancas, de ojos claros, le empezó a estorbar", manifestó Magaly.

—No entiendo por qué no lo dejaba—, le consultó Fluxá.

Jaime la tenía amenazada de quitarle a las niñas. A las hijas también las tenía manipuladas, con regalos —respondió la hermana—. Fue poniendo a las niñas contra la Vivi, ella quedaba siempre como la mala. Y a la Vivi también le fue haciendo la mente. ¿Sabes qué decía ella cuando veía la despensa llena?

Otra vez con la misma intención de contar algo que será curiosamente increíble.

—Decía "Dios dispone". ¡Dios! Yo le decía que Jaime no era ningún Dios.

—Pero, con ese nivel de control, ¿por qué era necesario matarla?—, preguntó Fluxá.

—Le estaba estorbando—, insistió Magaly—. Él nunca iba a soportar que ella estuviera con otra persona. No lo conoces, a él le gusta reírse de las otras personas, hacer sufrir; es feliz viendo a otras personas sufriendo.

La entrevista entre Haeger y Fluxá ocurrió siete años después de la muerte de Viviana. En el transcurso de ese periodo de tiempo, Magaly afirmó haber conocido mejor a su hermana una vez que ya estaba fallecida.

"Ella fingía estar en un matrimonio ideal, perfecto, nunca la veías triste. Yo me hacía siempre un problema por todo. Era todo perfecta, la veías impecable y yo siempre atormentada por la nada. Eso es lo que me da rabia", comentó la mujer.

Capítulo final: "Un psicópata, un peligro para la sociedad"

Al cierre de la entrevista, Fluxá le cuenta a la melliza que Anguita "ha estado cuidando de sus hijas" y que "ha sido un buen padre", después de todo lo que ha vivido la familia.

Esas palabras no bastan para calmar el dolor y odio que siente Magaly hacia su cuñado: "Jaime es un psicópata, un peligro para la sociedad. (El ser buen padre) es una forma de demostrar que es una buena persona. (Pero) una buena persona no contacta a alguien para matar a otra. Queremos dormir tranquilas".

Fluxá menciona en su libro una anécdota que le contó la entrevistada para justificar sus palabras: "Anguita, Viviana y Magaly iban en auto desde Puerto Montt a Puerto Varas. Anguita, muy enojado con algunos gastos, le abrió la cartera a su esposa, sacó las tarjetas y empezó a romperlas una a una frente a Viviana, quien le rogaba que le dejara alguna útil para pagarles los uniformes del colegio a las niñas".

Por aquel episodio, la melliza no dudó: "Es un loco malo".

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