Miguel Hermosilla falleció ayer debido a un paro cardíaco. El Chueco fue uno de esos deportistas que marcan a las personas, pero que viven inadvertidos debido a una sencillez absoluta.

En sus 71 años fue campeón como entrenador y como futbolista, aunque nunca se ufanó de sus éxitos. Dentro de la cancha, jugó como volante y su primera vuelta olímpica la dio fuera de Chile, en El Salvador, adonde emigró junto a otro chileno, Ricardo Sepúlveda Johnston -conocido como el Chele, por su pelo rubio y piel muy blanca-, para reforzar el mediocampo del Alianza. Tan bien les fue, que les dieron los dos primeros títulos al club, en un plantel que fue calificado como la Orquesta Alba.

Incluso se quedaron con la corona de la Concacaf 1967 (tercera edición del torneo), la primera obtenida por el fútbol salvadoreño.

Sepúlveda se quedaría en el país centroamericano -donde falleció hace cinco años-, mientras que a Hermosilla le ganó la nostalgia. Volvió para alcanzar su mayor éxito en Chile: campeón con Colo Colo en 1970, temporada en la que compartió vestuario con Carlos Caszely, Sergio Ahumada, Rafael González y Leonel Herrera, además de Leonel Sánchez, el ídolo azul que jugó solo esta temporada en el Cacique. En su recorrido futbolístico, que inició en las cadetes de Universidad Católica, también estuvo Rangers, Aviación y Antofagasta Portuario.

En su rol de técnico, fue ayudante de Jorge Siviero en Cobreloa desde  1987 y en la temporada siguiente asumió como titular de la banca naranja. Fue campeón nacional y en 1989, además, alcanzó los cuartos de final de la Copa Libertadores. En la escuadra calameña estuvo en tres ocasiones más (1995, 2004 y 2005), respondiendo al llamado de los loínos cuando la situación y el rendimiento del equipo se complicaba.

También dirigió a Coquimbo Unido, Rangers, además de formar la filial santiaguina de los Zorros del Desierto, de la cual surgieron valores como Eduardo Vargas, Charles Aránguiz, Francisco Castro y Esteban Pavez.

Filial de cadetes

En el último decenio su actividad en el fútbol profesional disminuyó al mínimo, aunque él se mantuvo activo, por ejemplo, como director técnico de los alumnos de Derecho de la Universidad de Chile.

Y ayer, una vez conocido su fallecimiento, los egresados y estudiantes de esa facultad expresaron su pesar en las redes sociales, y lo mismo sucedió con Cobreloa y muchos de los clubes donde fue entrenador o futbolista. El recuento, por cierto, incluye al Alianza salvadoreño, que a través de su cuenta de Twitter se refirió a su deceso: "La familia Aliancista está de luto, ¡hasta siempre, Chueco Hermosilla. Miembro de la histórica #OrquestaAlba".