Estos son los geoglifos más impresionantes del mundo

Más allá de las Líneas de Nazca

¿Conocías el Hombre Largo de Wilmington?

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Son anónimos, su construcción es aparentemente sencilla (aunque no así su planificación) y solo se divisan desde la distancia o la altura. En algunos casos, exclusivamente desde el aire. Es por ello que, a día de hoy, se siguen descubriendo estas figuras gigantescas en todos los rincones del mundo.

Su origen sigue siendo tema de debate: desde el religioso (lugares para rendir culto) al geográfico (señalar a los viajeros un sitio en un camino) , pasando por el pseudoarqueológico (que atribuye su existencia a remotas visitas alienígenas ) .

Lo incuestionable es su existencia, así que nos disponemos a recorrer los geoglifos más famosos del planeta.

Mejor verlos desde arriba

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LÍNEAS DE NAZCA, en Perú

Como no podía ser de otra manera, nuestro recorrido arranca en Perú, donde se encuentran las Líneas de Nazca.

Los geoglifos más famosos del mundo están construidos a ras del suelo y solo se pueden ver de dos formas: subir a una colina circundante (así los descubrió el arqueólogo peruano Toribio Mejía Xesspe en 1927, aunque se alcanzan a divisar de forma limitada) o sobrevolar la zona (lo más eficaz y demandado, puesto que así se ven en toda su plenitud) .

Aquí se encuentra el segundo aeropuerto más importante del país, abarrotado a diario de turistas que montan en avión para asistir al espectáculo de las geoformas siempre que una tormenta de arena no se lo impida. Paradójicamente, están ideados para que el viento los limpie, y en los días posteriores a estas tormentas es cuando más visibles y definidos están.

Famosas son las figuras del mono, el colibrí, la araña y, sobre todo, el astronauta, hombre con cabeza de lechuza cuya similitud al típico alienígena antropomorfo de nuestro imaginario colectivo alimenta las teorías menos ortodoxas sobre el origen de estos dibujos gigantescos.

No obstante, lo más lógico parece apuntar a que las Líneas de Nazca fuesen una especie de templo al aire libre, el lugar al que los sacerdotes conducían al pueblo para sus rituales desde el próximo Centro Ceremonial de Cahuachi. Allí existen 24 kilómetros cuadrados destinados originariamente a acoger peregrinos, tal y como lo harían hoy lugares como El Vaticano.

El famoso colibrí de Nazca

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CANDELABRO DE PARACAS, en Perú

Alineado con las Líneas de Nazca se construyó en la bahía de Prisco el Candelabro de Paracas.

Sus 180 metros de largo se extienden sobre la loma de una colina de arena de la península homónima, junto a la costa, y solo puede verse a bordo de un barco.

Es por ello que muchas hipótesis apuntan a que era una señal para orientar a los marineros, bien para los antiguos peruanos en sus travesías de pesca, bien para los piratas que escondiesen algún botín de los conquistadores.

También hay teorías que lo asocian con la masonería y, cómo no, con el creacionismo alienígena.

El Candelabro de Paracas

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GEOGLIFOS DE ATACAMA, en Chile

Chile tiene un importantísimo muestrario de geoglifos a lo largo del Desierto de Atacama, que reúne la mayor colección del mundo tras Nazca, siendo los más numerosos los del Cerro Pintados (pampa del Tamarugal, Región de Tarapacá) .

Le siguen en importancia los geoglifos de Chug-Chug, con casi 500 a lo largo de viejas rutas de caravanas entre el oasis de Calama y Quillagua; y los de Chiza, a orillas de la ruta 5, a 80 kilómetros al sur de Arica.

Se realizaron colocando rocas negras sobre la arena y se pueden reconocer figuras humanas, símbolos geométricos y animales varios (pájaros, lagartos, peces…) .Uno de los usos más aceptados es el de señales para guiar a las caravanas en sus rutas.

El más popular de todos ellos es el Gigante de Atacama, cuya curiosa forma rectilínea de 119 metros de altura representaría según los expertos a un chamán (yatiri) o a la deidad andina Tunupa-Tarapacá. Al estar construido en la ladera del Cerro Unita sí que se observa desde el suelo.

Cuando se descubrió, la subida a la loma era libre, pero el auge del turismo hizo que su acceso se fuera de las manos y actualmente está prohibido.

Y es que los geoglifos chilenos se enfrentan a diversos peligros, como las minas de salitre (que agujerearon las formas a bocajarro) , la celebración de rallies (como el Dakar) , el uso particular de vehículos todoterreno o la visita descuidada de los propios turistas.

El Colegio de Arqueólogos, La Fundación Desierto de Atacama y las comunidades indígenas claman por que sean declarados Bien Nacional para aumentar su protección.

Así luce el Gigante de Atacama

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BLYTHE INTAGLIOS, en Estados Unidos

No podemos abandonar América sin mencionar Blythe Intaglios, donde se ubican los geoglifos más populares de Estados Unidos.

Se trata de seis figuras alojadas en el Desierto del Colorado, cerca de la ciudad de Blythe (California) , con una antigüedad estimada de entre 450 y 2.000 años.

Fueron descubiertas en 1931 por el piloto militar George Palmer mientras sobrevolaba la zona y, aunque su origen todavía no está demostrado, se le atribuye a las tribus indígenas que vivían a orillas del río Colorado.

Eso explicaría que las figuras humanas representasen a Mastamho (creador de la Tierra y toda la vida) y las animales, a Hatakulya (el hombre-puma) .

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GEOGLIFOS INGLESES

Al otro lado del charco, el Reino Unido acoge decenas de figuras de colina ( hill figures ) . Una de las más reconocibles es el Hombre Largo de Wilmington, descubierto en el siglo XIX cuando una vecina de la zona lo vio durante el deshielo.

En 1874 se restauró con baldosas amarillas, lo que probablemente distorsionase su forma original, que con seguridad era más compleja.

Su nombre se debe a su forma alargada si se observa directamente desde arriba, puesto que está hecho en perspectiva. El terreno está formado por una fina capa de tierra bajo la cual hay tiza, así que basta con escarbar un poco para su realización.

Es un lugar muy visitado por los druidas en la actualidad que, como amantes de la Tierra, organizan allí ocho fiestas al año. Hasta Neil Gaiman lo dibujó en uno de los capítulos de su cómic de culto, The Sandman.

Te presentamos al Hombre de Wilmington

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La otra gran figura antropomórfica de Inglaterra es el Gigante de Cerne Abbas, que, garrote en mano, conserva rasgos en su rostro y genitales masculinos, entre otros detalles.

Sus 55 metros de largo por 51 de ancho se pueden ver desde todo el Valle del río Cerne. Ha aparecido en diferentes campañas publicitarias y se dice que es el único icono pornográfico usado por las oficinas de Correos y Turismo.

A mitad de los años 90, los alumnos de la Universidad de Bournemouth le hicieron al lado una réplica femenina y, en 2007, para promocionar la película de Los Simpson, se dibujó un Homer gigante en calzones con un donut en la mano.

No obstante, la mayoría de los geoglifos ingleses son caballos blancos y el más famoso y antiguo es el de Uffington.

Tiene aproximadamente 3.000 años y se ha encontrado representado en monedas de la Edad del Hierro. Hasta finales del siglo XIX se renovaba cada siete años como festejo local, pero en la actualidad lo mantiene un departamento público.

Es tan reconocible que, durante la Segunda Guerra Mundial, se tapó para que no lo viese la aviación enemiga.

Algunas teorías sostienen que estos caballos blancos representan en realidad a dragones, siendo este en particular el vencido por San Jorge, según la leyenda en la vecina Dragon Hill (y es que donde cae su sangre no vuelve a crecer la hierba) .

La mayoría de los geoglifos ingleses son caballos blancos

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EL HOMBRE DE MARREE, en Australia

Hay que viajar hasta Australia para ver el denominado geoglifo más grande del mundo: El Hombre de Marree.

La figura representa a un aborigen sujetando un palo arrojadizo en plena caza. Se encuentra en mitad del desierto australiano, mide 4,2 kilómetros de alto con un perímetro de 15 por 28 kilómetros y dicen que se puede ver desde el espacio.

Curiosamente, este geoglifo está lejos de ser una forma antiquísima: se realizó en 1998. Su origen, eso sí, sigue siendo un misterio: nadie sabe quién lo hizo ni se han encontrado testigos de su gestación en la pequeña localidad de Marree, de apenas 60 habitantes.

Fue descubierto por el piloto Trevor Wright y se especula con que se hiciese con un bulldozer y semanas de trabajo.

El otro geoglifo famoso de Australia, el Bunjil (deidad de la mitología aborigen con forma de águila) sí que tiene reconocida su autoría: el artista local Andrew Rogers lo hizo en el Parque Nacional de You Yangs en 2006.