Muere la actriz Liz Taylor a los 79 años

La leyenda de Hollywood Elizabeth Taylor murió a los 79 años en el hospital Cedars-Sinai de Los Angeles, California, a causa de una insuficiencia cardíaca según informó hoy su agente Sally Morrison a ABC News.

Liz Taylor, de padres estadounidenses, nació en Londres en febrero de 1932, pero residía en Estados Unidos desde su infancia.

Ganadora de dos Óscar, Taylor estaba considerada la última diva del viejo y dorado Hollywood. La actriz británica brilló en más de 50 películas, entre ellas 'Cleopatra' o '¿Quién teme a Virginia Woolf?' y en 1993 recibió además el premio Jean Hersholt de la Academia de Hollywood por su compromiso humanitario.

Antes, en 1992, visitó España donde recibió el premio Príncipe de Asturias a la Concordia como presidenta de AMFAR, la asociación americana para la investigación del sida.

Hace poco más de un mes, en una entrevista publicada por la revista 'Harper's Bazaar', donde repasó su trayectoria: «Para mí, la vida pasó como para cualquier persona. He sido extremadamente afortunada», le dijo al periodista, al que también le confesó que su vestido favorito fue el que utilizó para la ceremonia de los Óscar en 1970.

Esa conversación fue lo último que la diva publicó en su perfil de Twitter, una red social que se ha llenado de comentarios que lamentan su fallecimiento.

Una vida de glamur

Temperamental, carismática y rebelde, debutó en plena edad dorada de Hollywood y se casó en ocho ocasiones, dos de ellas con el actor Richard Burton, su gran amor junto con su tercer marido, el productor Michael Todd, según admitió la artista, y tuvo cuatro hijos.

Liz Taylor, nació el 27 de febrero de 1932 en Hampstead (Londres), donde vivió hasta los siete años, cuando sus padres, de origen estadounidense, decidieron instalarse en California (EEUU) ante el inminente inicio de la II Guerra Mundial.

Su vocación artística le vino por parte materna. Su madre había sido actriz teatral, mientras que de su padre heredó su amor por el arte.

Taylor atesoró durante su vida una gran colección de suntuosas joyas entre las que destacan un diamante de 33,19 quilates que perteneció a la mujer de un colaborador de los nazis, otro que fue propiedad de la esposa favorita del emperador indio Shah-Jahan, en cuya memoria mandó erigir el célebre Taj Mahal y la popular perla Peregrina.

Dio sus primeros pasos en el cine con 10 años, en el filme 'There's One Born Every Minute' (1942), que fue seguido por 'La cadena invisible' (1943) y dos películas más antes de saltar al estrellato con 'Fuego de juventud' (1944), un pedestal del que ya no se bajaría.

Después llegaría 'Mujercitas' (1949) y ya en los 50, títulos como 'Gigante' (1956), en el que compartiría cartel con Rock Hudson y el mítico James Dean, 'El árbol de la vida' (1957) con su amigo Montgomery Clift o 'La gata sobre el tejado de zinc' (1958) junto a Paul Newman, dos filmes que le valdrían sus primeras nominaciones.

La tercera llegó con 'De repente el último verano'(1959), un año antes de que diese inicio su década de gloria en la que se coronaría como la reina de Hollywood, gracias en parte a películas como 'Cleopatra' en la que llegó a cobrar un millón de dólares, el mayor sueldo de la historia por entonces.

En los 60 recibió dos estatuillas, se casó con Richard Burton por primera vez, el que sería su matrimonio más duradero (12 años) y estrenó 14 películas como 'La mujer indomable' (1967), antes de que su luz comenzase a apagarse en el firmamento del cine.

Conocida por su diminutivo, Liz fue considerada una de las mujeres más bellas de su tiempo y de sus famosos ojos violeta su marido Burton llegaría a decir que eran «tan sexy que equivalían a pornografía».

A partir de los 70 comenzaría poco a poco su declive, forzado en gran medida por sus serios problemas de salud, una cruz que arrastró durante toda su carrera, si bien su última película sería en 1994, 'Los picapiedra'.

Elizabeth Taylor, que fue nombrada Dama del Imperio Británico por la Reina de Inglaterra en 2000, pasó por quirófano al menos en treinta ocasiones y no por razones estéticas.

Dolencias en la espalda, cuello, piernas, diversas fracturas, dos sustituciones de cadera, un tumor cerebral benigno o un tratamiento contra el cáncer de piel fueron algunos de sus achaques. La actriz, que también se sometió a una cura de desintoxicación de alcohol y pastillas, reconoció que se vio al borde de la muerte en varias ocasiones, especialmente por neumonía o por una arritmia cardíaca.

Sus últimos años redujo mucho sus apariciones en público, siempre en su silla de ruedas debido a una osteoporosis, pero mantuvo su actividad como líder de campañas contra el sida, desde el fallecimiento de su amigo Rock Hudson.