Isabella Santodomingo: “Ni literata ni sicóloga frustrada”

Eran las cuatro de la mañana y las letras cortopunzantes de Ricardo Montaner la alentaban a seguir parqueada frente a la casa de su novio, quien según sus pronósticos, no demoraría en llegar con su nuevo amor. Como en otras ocasiones de su vida, la terquedad y las ganas de demostrarle al mundo que era autónoma y libre de meterse con el tipo que quisiera, la habían llevado por una carrera contrarreloj que terminaría con la vergüenza infalible producida por la llegada de su padre a la escena del ‘futuro’ crimen. (Lea más sobre Isabella Santodomingo)
Así fue como –según nos cuenta- luego de llorar, arrastrarse, suplicar, rasgarse las vestiduras y ser pillada en flagrancia por su propio padre, decidió quitarse ese duelo de encima y dejar atrás los dos años de relación con el susodicho, a quien todos sus amigos tildaron siempre de ‘gañán’.
El mismo tiempo se tomó para escribir De la ruptura a la sutura, el sexto libro que publica y con el que espera que las personas, además de remendar su corazón, se rían en el proceso.  Pero para hablar de él sería más natural comenzar por otro de sus proyectos: Despeche Mode, una red social para despechados, a la cual se puede acceder desde Facebook o Twitter, y que actualmente construye con la ayuda de tres socios.
Esta idea, que lleva cuatro años gestándose, va por la misma línea del libro porque está dirigida a las personas embebidas en sus penas de amor. Tras responder un test a través del cual se analiza el grado de despecho, usted podrá entrar a una ciudad dotada de bares, hospitales, tiendas y gimnasios, donde ‘Escupido’ anda borracho todo el tiempo y exhibe su poca pericia para relacionar a los demás.
En esta red, esas personas tendrán su propio personaje, y a medida que jueguen y participen en las actividades organizadas en el lugar, ganarán puntos de sutura, con los que podrán diseñar su propia casa o embarcarse en actividades que les subirán los ánimos en semejante trance emocional.  “Permanentemente vamos a subir juegos y actividades. Quiero tener un numerólogo (‘tu despecho según la numerología’, ‘qué hombre te conviene…;’) y también puedes ir al gimnasio si te da jartera pasear el despecho por la calle. Vas a tener chat roooms, foros y podrás encontrarte con personas de otras partes del mundo.
Ahora está en construcción –continúa Isabella-. Vamos en la fase de ver con quién trabajamos, pero es chévere porque no existe una red social para despechados. Si tienes la oportunidad de vivir tu despecho acompañado de otras personas, es mucho más rico, porque lo que reina es el apoyo moral y la diversión”.
Suturando punto por punto
Como la red social, el propósito de este nuevo libro es darles las herramientas a los lectores para que piensen por sí mismos sus propias crisis. Por supuesto no tiene un tono solemne o ceremonial, pues como es bien sabido, el estilo de Isabella muestra su propio color.
“Este libro es por el que hubiera empezado, pues  todas mis reflexiones y teorías parten de eso: de cuando a uno le parten el corazón y cómo lo asume. El mío está más remendado…; me lo han roto mil veces, pero también he aprendido mil veces a levantarme. Y no solo hablo de mis experiencias, también me baso en investigaciones.
Mis libros no son de autoayuda, simplemente exponen una realidad. No quiero ser literata ni soy una sicóloga frustrada, simplemente puedo ser un vehículo que de una forma coloquial habla de cosas que también pueden ser profundas y que nos atañen a las mujeres. Creo que presto un servicio bonito y mis libros están bien escritos…; que no les guste mi estilo, es otra cosa”.
Luego de haberlo lanzado en la Casa América de Barcelona y de presentarlo en varios medios madrileños, Isabella estará de gira por varias ciudades de nuestro país firmando ejemplares y haciendo conversatorios para luego irse a Miami a presentar su exitoso stand up comedy Los caballeros las prefieren brutas.
Y aunque mucho se había dicho que se casaba el mes pasado, la boda se aplazó para el próximo año. Sus compromisos como jurado de Protagonistas de nuestra tele y los demás proyectos que mencionamos, no le dejaron tiempo de caminar hacia el altar.  “Para rematar, dijimos que en diciembre en Cartagena, y de repente me comienzan a bombardear con invitaciones: que el matrimonio de Manolo Cardona  y Valeria, el de Mauricio y Julieta Piñeros…; entonces mi matrimonio iba a ser un sándwich entre los otros.
Yo me casaré el otro año porque estoy enamorada y feliz. Vivimos juntos desde hace rato y lo quiero hacer bien. Nadie me está poniendo un revólver en la cabeza -‘si no se casa mañana, se le va a escapar esta oportunidad’. Pienso que los dos estamos contentos y nos casaremos cuando nos tengamos que casar, cuando tenga tiempo de inventarme la mejor fiesta en la que he estado en mi vida”.
Por primera vez al altar
- Las ventajas de ir al altar por primera vez a los 40…;
Absolutamente todas.
- Muchas creen que si no se casan antes de los 30 se quedan solteronas…;
¡Qué delicia quedarse solterón! Antes, decir ‘soy una solterona’, era sinónimo de rechazo. Hoy en día significa: ‘He rechazado a todos los engendros que se me han pasado por el frente y sigo invicta’.
- ¿Entonces su matrimonio es absolutamente oportuno?
Qué delicia que sea ahora. No para tener un esposo, no necesito una figura masculina que me represente, eso lo he hecho yo sola. Pero tener un compañero de vida, un aliado, un cómplice…; ¡maravilloso! Uno se tiene que casar cuando de verdad esté listo, cuando de verdad haya vivido, no cuando sienta que alguien más le tiene que hacer la vida.
- ¿Cree que las latinas estamos más predispuestas a echarnos a la pena que las españolas, por ejemplo?
Depende de la época del año en que estén las españolas. Ahorita que se terminó el verano, por ejemplo, la mayoría llega con el corazón roto, eso me lo dicen mis amigas españolas. Creo que no tiene que ver con la nacionalidad; tiene que ver con educación, con cómo nos criaron. Cada vez creemos menos en los cuentos de hadas, cada vez nos concentramos más en una realidad que es absolutamente distinta a la fantasía.
- ¿Cómo la criaron a usted?
A mí me crió mi papá, no tuve una relación muy cercana con mi mamá. Ella representaba a esas mujeres que siempre tenían que tener alguien al lado porque en ellos radiaba su seguridad. No lo quiero decir de forma despectiva, pero yo me crié para no ser ese tipo de mujer que había visto en mi casa.
Sin embargo, tampoco para imitar a mi papá. Él era una persona vanguardista. Igual, me daba permiso para cazar babillas en la finca, que para comprarme un vestido de 15 años. Yo creo que vio en su hija a un personaje, no a un género.