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Al “Bolillo” yo le quito hasta el apodo: Isabella Santo Domingo

GLORIA CARDONA RESTREPO

16 de agosto de 2011 12:01 AM

Isabella Santo Domingo es una mujer libre, de esas a las que no les importa el que dirán, es una mujer fresca, vivida y arriesgada a la que le gusta innovar y proponer ideas que se hagan realidad.

No aparenta los 41 años que tiene y dice que el secreto está en no darle importancia a la edad y pensar y actuar siempre con libertad, sin cargos de conciencia y arrepentimientos. En vivir la vida sanamente, sin cohibirse.
Ama quedarse en su casa y trabajar desde allí, pero también viajar e interactuar con otras personas.
Prefiere los hombres en coma y millonarios, sin embargo cree que estos son muy simples por lo que la atraen más los “pobres”.
Dice que si ella hubiese sido la mujer a la que el Bolillo Gómez le pegó, ya lo hubiese demandado por varios millones de pesos y quitado hasta el apodo.
Nunca ha pensado en casarse, pero si se le presenta la oportunidad no la descarta. No le tiene miedo a llegar a la vejez sola. Ella ve la vida de otra manera. Tiene una hija de 15 años con la que dice se la lleva muy bien y la considera su mayor crítica. 
No le molesta que le pregunten de lo que sea, a todo tiene respuesta y si es posible le saca un chiste. No tiene problema en reconocer que se ha quedado en blanco en el escenario y que es muy buena para improvisar.
Cuando se presenta con su Stand Up Comedy “Los caballeros las prefieren brutas”, juega e interactúa con el público.
Ha escrito cuatro libros, algunos de los cuales son best seller. Ha sido actriz, periodista, productora, escritora y comediante, entre otras cosas más.
Fue una de las pioneras del Stand Up Comedy presentado por mujeres en Colombia.
Durante su visita a Cartagena conversó con El Universal sobre su vida, su carrera, sus planes y sus jugadores de fútbol preferidos.
¿Qué hace diferente a su Stand up Comedy “Los caballeros las prefieren brutas” de los demás?
-Yo fui una de las precursoras femeninas de esta clase de espectáculos. Hace seis años hice el primer monólogo del Stand up Comedy al que invité a Alejandra Azcárate. Otra de las diferencias es que yo misma escribo mis propias obras basadas en mis libros y la serie de televisión que lleva el mismo nombre. También le incluyo modismos y frases de los lugares a los que voy e interactúo con la gente.
¿Ellos las prefieren brutas y usted como los prefiere?
Los prefiero millonarios y en coma. Con una edad avanzada y pocos días de vida (risas).
¿Son difíciles de conseguir millonarios o no?
-No, lo que pasa es que la mayoría son aburridos. Entonces a veces preferimos los más pobres pero llenos de vida.
¿Cómo califica a los hombres?
-Los únicos que puedo calificar son a los míos y me caen tan bien por haberse encartado conmigo durante un tiempo, que no me atrevo hablar peor de ellos de lo que ya he hablado (risas). Hablando en serio, creo que algunos hombres le han dado un mal nombre a su género, con ejemplos claros y contundentes; los malos le dañaron el caminado a los buenos que ya parecen bobos y los otros nos parecen demasiado malos.
¿En qué momento creyó que podía divertir a un público?
-Nunca, solo sé que tengo un punto a mi favor y es que soy costeña y nosotros miramos todo de un modo diferente; tenemos gracia para contar las cosas y nos gusta la jocosidad.
¿Qué es lo qué más le asusta cuando se sube al escenario?
-¡Todoo! Yo subo con la seguridad y la tranquilidad de saber que voy con un material que viene respaldado por cinco libros,  varios de ellos best seller, que salieron de mi cabeza, pero cada vez que subo al escenario siento como si fuera la primera. Antes de salir yo rezo, hago ejercicios de respiración, hago payasadas, pero salgo con susto y diciendo: Dios mío ojalá que se reian y entiendan que esto es un chiste. Ojalá haya caballeros en el público y se queden y no saquen a la señora del pelo porque puedo ser una mala influencia.
¿Qué es lo que más le gusta cuando sube al escenario?
-Interactuar con el público y contarle de dónde salen todas estas ideas. Las relaciones interpersonales donde me río de ellos y ellos de mí. Esto no es solo para disfrutar de una obra sino de todo. No hay que tomarse nada tan a pecho ni a uno mismo tan en serio.
¿Esto es basado en hechos reales de usted solamente?
-No, aquí hay de todo. Si me cuentas una historia tuya, y me parece chévere, tal vez incluya una frase, una anécdota solamente, porque yo no soy cuentera de contar la historia de los demás. Yo salgo a dar reflexiones con sarcasmo del matrimonio, de la soltería, de la infidelidad, de los hijos, y a la gente le gusta eso y se ríe.
¿En qué momento escribe estas historias y qué la inspira?
-Me gusta trabajar de noche. Yo siempre tengo que tener un computador a la mano, un lápiz, un teléfono con algo de memoria, porque a veces voy por la calle y leo algo que me llamó la atención y lo anoto. Después me pregunto qué voy a hacer con eso, y en algún momento lo arreglo o adapto con ingredientes propios a mis intereses. A mí todo me genera curiosidad y eso me invita a analizar.
¿Qué opina del escándalo del "Bolillo" Gómez?
-Hay que darle bolillo. Estoy en contra de cualquier tipo de violencia, de agresión, no sólo de las mujeres sino también la de los animales, a los mismos hombres, porque para mi la violencia es sinónimo de intolerancia e ignorancia.
Es lamentable y si yo fuera la mujer a la que él le pegó, aparecería, lo demandaría  por una cifra multimillonaria y hasta el bolillo le quitaría.
¿Te gusta el fútbol, algún jugador?
-Sí. Mis equipos favoritos son Junior, Uruguay y el Barsa. El jugador que más me gusta es Forlán, de Uruguay,  es mi jugador favorito en el mundo. Me gusta su gallardía en la cancha, es un tipo que todo lo organiza, que no es “boleta” ni le interesa el protagonismo, sino que entra a su cancha a cumplir con su trabajo y une al equipo. No es un Ronaldo que le gusta ganarse la fanaticada con bronceador y modelando.
¿Qué la enfurece?
-A mí me saca la piedra la pérdida de tiempo. Siempre trato de ser puntual y me enoja cuando me hacen esperar y juegan con mi tiempo. El tráfico también me enfurece. Por eso, para combatirlo me he vuelto ermitaña. Cuando estoy en Bogotá saco muy poco el carro, no soy de las que salen a dar vueltas, porque me desespera perder tiempo.
¿Qué le dice a las mujeres que deciden quedarse solas?
-Que lo hagan y que sean felices, es mejor eso que estar acompañada sintiéndose infeliz o estar acompañada de un bulto que le respira al lado (que pereza). Que vivan sin pensar en el qué dirán porque se están perdiendo de su existencia. Si a una mujer o a un hombre le parece mejor quedarse solo, eso debe ser respetable, al igual que la que no quiere tener hijos o la que quiere tenerlos. La que quiere ser la novia y no la esposa, eso también se respeta. Simplemente es descubrir que es lo qué te hace feliz como individuo y no andar persiguiendo a la manada porque ellos tampoco saben para dónde van. Por eso muchas veces se divorcian y ponen cachos, porque no saben a dónde van.
¿Cómo eres de novia?
-Soy una novia en serio, pero me da jartera ser la otra (esposa) y no quiero decir que nunca lo voy a probar. Ahora salgo con un hombre del que estoy “matada” porque es súper serio, es completamente distinto a otros con los que salí y si esto sigue bien no me daría miedo intentar. 
¿Qué opina del matrimonio?
-Lo que no me gusta del matrimonio es el tener que negociar mi espacio y mi plata. Por qué le tengo que decir a mi marido: ¿Ay, será que nos vamos para Miami el viernes? y él me dice que no puedo porque no tiene plata. ¿Por qué? si yo tengo mi plata y mi espacio.
¿Qué hace para mantenerse tan bien?
-El secreto está en que llevo una vida sana, súper feliz, súper realizada. Aunque trasnocho, fumo, tomo trago, no hago nada con cargos de conciencia ni complejos. La vida hay que vivirla sin dañar a nadie y es importante mantener una actitud positiva y eso me ha ayuda mucho. A pesar de mis 41 años me siento una mujer de espíritu joven a la que le gusta patinar, jugar racquetball. No me gustan las rutinas.
¿Cómo se cuida?
-Como lo que quiero, pero me cuido como debía cuidarse todo el mundo: Como poco azúcar,  también aplico un secreto de las brasileras y es que después de cada comida me tomo un vaso de zumo de limón y eso hace que se corte la grasa, se te pegue la piel.
¿Qué tal es para adaptarse a las nuevas tecnologías?
-No soy obsesiva con la tecnología, pero tampoco me quedó atrás. En vez de estar pegada al chat del blackberry, prefiero que me llamen, reunirme con amigos o que me visiten. No me gustan los mensajes de texto y no dejo que la tecnología manipule mi vida, más bien la utilizo a mi favor.
¿Cuáles son sus proyectos?
-Acaba de filmar una película en Venezuela que se llama “Espejos” y que se producirá el próximo año, dirigida por César Manzano. Estoy escribiendo un libro que se llama “Rotura a la Sotura” que lanzaré este año y tengo programada una gira por Ecuador, Costa Rica, República Dominicana y México. Hace poco estuve en Panamá.
¿Piensa volver a actuar?
-Me gusta la actuación, pero ya le perdí el amor a perder tiempo; mientras me la paso metida en un estudio ganando mucho dinero, estoy perdiéndome la oportunidad de disfrutar de otras cosas, de pasear por el mundo y tantas cosas para vivir. El tiempo es muy importante y no lo cambio por nada.
¿Qué prefiere, ser bruta o inteligente?
-Siempre lo he dicho, para hacerse la bruta hay que ser muy inteligente.

 

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