El próximo sábado 4 de noviembre se realizará, en diferentes ciudades del país, una nueva Marcha del Orgullo que contarà con el acompañamiento del Ministerio de Cultura de la Nación. Desde hace 32 años, este día se ha instituido como una herramienta de encuentro y visibilización en el que se dan cita las comunidades LGBTTBIQ+ a través de diferentes acciones.

"En una sociedad que nos educa para la vergüenza, el orgullo es una respuesta política", decía Carlos Jaúregui, activista por los derechos de la comunidad LGBTTBIQ+, y primer presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA) entre 1984 y 1987. A lo largo de los años, la respuesta del orgullo, la militancia y la lucha de esos colectivos permitieron conquistar nuevos derechos que tuvieron su reconocimiento político. Leyes como las de Matrimonio igualitario (Ley 26.618/2010), de Identidad de género (Ley 26.743/2012), de Cupo laboral travesti trans (Ley 27.6360/2021), entre otras, constituyen importantes hitos para el país y la región.

Este noviembre de 2023, la marcha toma especial relevancia. En un contexto donde se multiplican el negacionismo y los discursos de odio, el Estado reafirma su voluntad de acompañar a la comunidad y generar políticas públicas orientadas a garantizar los derechos de todas las personas que habitan el suelo argentino, para que puedan elegir su identidad con dignidad y sin violencia.

Visibles para ser Libres

El 2 de julio de 1992 se realizó la primera Marcha del Orgullo Gay-Lésbico-Trans en Argentina. Ese invierno, alrededor de 300 personas fueron parte de la movilización. Quienes estuvieron ahí cuentan que muchos participantes llevaban máscaras de cartón para evitar ser reconocidos. "Libertad, Igualdad, Diversidad" fue la consigna de esa primera Marcha que se desplegó desde Plaza de Mayo hasta el Congreso de la Nación. Desde entonces, se realiza ininterrumpidamente, y se convirtió en el acto público más importante de la comunidad lésbica, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero, intersex, queer y más disidencias para visibilizar los reclamos, las conquistas y el orgullo por la elección de cada orientación sexual, identidad y expresión de género.

Año tras año, los grupos organizadores debaten las consignas que van a encabezar la marcha cada noviembre: Visibles para ser Libres e Iguales (1994); La discriminación nos condena. La policía nos mata. Seguimos de pie (1996); En la sombra de la hipocresía, a brillar mi amor (1999); Amar y vivir libremente en un país liberado (2002); Somos todos y todas maravillosamente diferentes (2006): Nuestro festejo es reclamo: Igualdad. Libertad. Diversidad (2007); ¡Ley de Identidad de Género ya! (2011); Por más igualdad real: Ley Antidiscriminatoria y Estado Laico (2014); Basta de femicidios a travestis, transexuales y transgéneros. Basta de violencia institucional (2017); Por un país sin violencia institucional ni religiosa. Basta de crímenes de odio (2019); La deuda es con nosotres (2022).

En esta edición XXXII, las consignas centrales son: Ni un ajuste más, ni un derecho menos; ¡Ley Antidiscriminatoria, Ley Integral Trans Ya!; ¡Frenemos a les anti derechos!.

Desde la Dirección de Programas Socioculturales, dependiente de la Dirección Nacional de Diversidad y Cultura Comunitaria, Secretaría de Gestión Cultural, el Ministerio de Cultura de la Nación, en articulación con el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires y la Comisión Organizadora Marcha del Orgullo Línea Histórica, viene apoyando a las marchas de la comunidad en distintas ciudades como Lanús, Tigre, La Matanza, La Plata, Almirante Brown, entre otras.

Desde la Comisión Organizadora de la Marcha del Orgullo en La Matanza, Florencia Guimaraes García manifiesta que se encuentran muy felices por haber tenido "un acto político LGTB ante la avanzada de las derechas que vienen por nuestros derechos” . Y tras ocho años de participar en la organización, celebró “haber contado con el apoyo del Ministerio de Cultura para llenar de arte esta importante jornada”. “Cuando el Estado está presente, otro mundo es posible”, afirmó.

En los últimos años el Estado nacional viene acompañando a la comunidad en esta gran manifestación que ya forma parte de la identidad cultural del pueblo, por una sociedad inclusiva, diversa, más justa y libre de violencias.