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LA NOVELA BIZANTINA

Características de la novela bizantina

Novela bizantina, género narrativo de novela de aventuras, que se desarrolló ampliamente


en España y otros países europeos durante los siglos XVI y XVII, cuya característica
consiste en que recurren a lo fantástico e inverosímil, y que el lector reconoce como
irreales. También nos ofrece encuentros y separaciones de una pareja de enamorados que
tras diversas vicisitudes se reúnen en un encuentro final y feliz. Estos enamorados van
recorriendo diversos países y conocen remotas y exóticas culturas. Todo ello sucede de
modo que diversos episodios van acumulándose hasta el desenlace final.

Orígenes de la novela bizantina

Alcanzaron gran difusión y popularidad gracias al desarrollo de la imprenta, si bien, en


cuanto género literario, todavía no gozaban del prestigio de la poesía y el teatro. Con todo,
las relaciones que se establecieron entre esas formas narrativas y la tradición helénica
clásica, continuada siglos después en Italia por Boccaccio y otros autores, hicieron que
fueran estimados como `poemas épicos en prosa'. Predominaban en ellos el viaje y la
búsqueda, con episodios muy complejos entre los que no faltan naufragios, raptos,
reconocimientos sorprendentes entre los personajes, y otras enrevesadas peripecias
arguméntales.

La primera novela bizantina en español fue la Historia de los amores de Clareo y Florisea, y
los trabajos de la sin ventura Isea, publicada en 1552, y de la que es autor Alonso Núñez de
Reinoso. Es un relato que cuenta con todos los elementos definitorios del género: el
enamoramiento, el voto de fidelidad, el parentesco aparente, los desplazamientos por mar,
el cautiverio, los sueños premonitorios, las muertes simuladas, el regreso a la patria y las
bodas como premio a la constancia. Según declara su propio autor, era una adaptación libre
de Leucipe y Clitofontes, del italiano Aquiles Tacio, traducida en 1544.

Selva de aventuras, de Jerónimo de Contreras, publicada en 1565, es otra de las novelas


bizantinas más características.

A comienzos del siglo XVII aparece una de las novelas del género de mayor alcance, El
peregrino en su patria (1604), de Lope de Vega. Incluye bastantes poemas y cuatro autos
sacramentales.

La novela bizantina en Cervantes

Miguel de Cervantes se publicó póstumamente su obra Los trabajos de Persiles y


Segismunda (1617), que, como todas las novelas bizantinas, desarrolla un asunto amoroso.
Anteriormente ya había publicado, dentro de sus Novelas ejemplares (1613), algunos
relatos que seguían pautas helenísticas, como La española inglesa y El amante liberal. Con
todo, y a pesar de su ambición, la crítica considera que Persiles y Segismunda es
decepcionante.

Paralelismos con epopeya poema épico libro de caballerías y novela pastoril

Los paralelismos que tiene la novela pastoril con la novela bizantina son:

-Tratan de amores y de la naturaleza

Los paralelismos que establece con el libro de caballerías son:

- En que nos presenta las aventuras pero esta vez entre caballeros y no entre como pasa en
la novela bizantina que adecua más a personajes rurales

-Finalmente los paralelismos que tiene con la epopeya y el poema épico:

Tiene paralelismos con la epopeya ya que sus personajes tampoco son reales como
anteriormente reconoce el lector. En cambio con los poemas épicos en los que introduce
diversos paisajes.

LA NOVELA
BIZANTINA

La novela bizantina trata el tema de


aventuras y viajes, en los que se
desarrolla una trama de tipo amoroso.
Con las traducciones del humanismo
renacentista, así como los libros de
viajes de la última época medieval
que fueron conocidos en España por
traducciones del siglo XVI, se
recuperó esta tradición clásica
grecorromana.
De la tradición clásica las obras más
importantes fueron Las aventuras de Leucipo y Clitofonte, del escritor griego del siglo IV
Aquiles Tacio; Las metamorfosis o El asno de oro, del escritor latino del siglo II Apuleyo;
y Teágenes y Cariclea (Las etiópicas), del escritor griego del siglo III Heliodoro.

El Libro de Marco Polo fue la novela de viajes más famosa de la Edad Media, traducido a
principios del siglo XVI. No se trató de la única obra que sirvió para la formación de los
caracteres de la novela bizantina; muchas otras crónicas y relatos de diverso tipo influyeron
en ella, como la Historia dePeregrino y Ginebra (1553), y el Libro de las Maravillas del
Mundo (1540) de Juan de Mandavila --no confundir con el Libro de las Maravillas, nombre
con que es conocido también el libro de Marco Polo--
Libro de las Maravillas, de Marco Polo

La novela bizantina es de tema y argumento totalmente abierto, éste podría prolongarse


indefinidamente mediante la inclusión de nuevas peripecias y aventuras de sus
protagonistas. Se da incluso el hecho de que algunas novelas de este subgénero consisten en
continuaciones de otras, o refieren lugares y situaciones distintas pero utilizando a los
mismos personajes y con las mismas técnicas y materiales narrativos.
El marco narrativo en el que se incluyen las diferentes aventuras, que es común a todas las
novelas bizantinas, es quizá su rasgo más importante. Boccaccio ya utilizó este
procedimiento en el Decamerón, al igual que aparecía en algunas colecciones de cuentos de
la Edad Media. La inclusión de relatos cortos también era admitido en el sistema narrativo
de la novela bizantina, que permitía dar a la obra un carácter abigarrado y rebosante de
aventuras muy diferentes.

Principales novelas y autores bizantinos:

Hasta mediados del siglo XVII, la novela bizantina continuó siendo del gusto de los
lectores, así como autores de la talla de Cervantes o Lope de Vega, que escribieron novelas
de este tipo.
Podemos considerar algunas obras de los siglos XVI y XVII encuadradas en las novelas
bizantinas aunque, según la crítica de que se trate, se incluya habitualmente en otro
subgénero novelesco. Hablamos por ejemplo del Marcos de Obregón, de Vicente Espinel,
que generalmente se le considera una novela picaresca. También encontramos algunas
obras de difícil clasificación como El viaje entretenido, de Agustín de Rojas, o Viaje de
Turquía, que es atribuido a Cristóbal de Villalón. El hecho de que estas novelas tengan
rasgos característicos pertenecientes a diferentes subgéneros novelescos, es la razón de que
puedan ser englobados en uno u otro subgénero.

Entre otras, se consideran novelas bizantinas plenamente las siguientes:

Historia de los amores de Clareo y Florisea (1552), de Alonso Núñez de Reinoso. Una
gran parte de esta novela es una traducción de la obra de Aquiles Tacio.
Selva de aventuras (1565), de Jerónimo de Contreras. Es una obra que sirvió de modelo a
Lope de Vega para su obra El peregrino en su patria.
El peregrino en su patria (1604), de Lope de Vega. En esta novela Lope nacionaliza el
marco del argumento, ya que los viajes del protagonista se realizan por ciudades
españolas. Lope también incluyó en la novela varios autos sacramentales, de la misma
forma que era habitual en otras novelas incluir relatos cortos que resultaban ajenos al
argumento principal.
Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617), de Cervantes, publicado un año después de
la muerte del autor. Esta obra supuso alcanzar la cumbre del género.

Cabe citar también aquí otras obras muy diferentes entre sí y que participan del carácter de
novelas de aventuras y viajes que son propios de las novelas bizantinas:
El viaje entretenido (1603), de Agustín de Rojas.
Poema trágico del español Gerardo y desengaño de amor lascivo (1615), Historias
peregrinas y ejemplares (1623) y Varia fortuna del soldado Píndaro (1626), las tres obras
son de Gonzalo de Céspedes y Meneses (1585-1638).
Marcos de Obregón (1618), de Vicente Espinel. Es una novela eminentemente picaresca.
Los cigarrales de Toledo (1623) y Deleitar aprovechando (1635), de Tirso de Molina.
Viaje de Turquía y El Crotalón. Ambas obras son atribuidas a Cristóbal de Villalón, de
mediados del siglo XVI, pero no fueron publicadas hasta los siglos XIX-XX.

NOVELA BIZANTINA
Origen

Los orígenes de la novela bizantina se remontan a la Grecia helenística de principios del


siglo III d. C., en que el escritor griego Heliodoro de Émesa compuso la obra clásica del
género, las Etiópicas o Teágenes y Cariclea. Este y otros autores de su tiempo como
Aquiles Tacio y su Leucipa y Clitofonte fueron traducidos en Europa durante el
Renacimiento y sirvieron de modelo para que se recrease el género en los siglos XVI y
XVII, en que este género, a causa de su origen griego, fue considerado una especie de épica
en prosa por los preceptistas.

Concepto

La novela bizantina es un género narrativo de novela de aventuras que se desarrolló en


España entre los siglos XVI y XVII. Nos ofrece encuentros y separaciones de una pareja de
enamorados que tras diversas vicisitudes se reúnen en un encuentro final y feliz. Estos
enamorados van recorriendo diversos países y conocen remotas y exóticas culturas. Todo
ello sucede de modo que diversos episodios van acumulándose hasta el desenlace final.
Características

Tema/Argumento

* Dos jóvenes amantes, que desean casarse, encuentran graves obstáculos (forzada
separación, viajes peligrosos, naufragios, cautiverio, tormentas, prisiones, etc.) que se lo
impiden.

Espacio y Tiempo

* Los espacios de la novela son variados porque los personajes viajan de un lugar a otro
orientados por la propia aventura. Son más reales (aunque exóticos) que imaginarios.
* El tiempo de la novela comienza en un punto de la vida de los protagonistas y acaba en
otro, pero no pasa realmente. No hay cambios en la personalidad, aspecto de los personajes
(es decir, no evolucionan)
Personajes

* Los protagonistas están, bellos y castos. Su amor se pone constantemente a prueba.


* No evolucionan.
* En el camino se encuentran con otros personajes que le cuentan sus propias historias.

Técnica narrativa

* Verosimilitud de la acción y descripción de espacios, ingenio de la composición.


* Se incluyen narraciones secundarias que ayuda a dar variedad a la acción.

Desenlace

* A pesar de los graves obstáculos, los enamorados consiguen la realización de sus anhelos
al encontrarse y comprobar, con satisfacción, que su amor ha permanecido fiel y se ha
fortalecido en medio de tantas pruebas y contratiempos arriesgados.

Novela más importante

Los trabajos de Persiles y Sigismunda

Historia septentrional es la última obra de Miguel de Cervantes. Pertenece al subgénero de


la novela bizantina. Fue para Cervantes su mejor obra, Relata, en cuatro libros, cómo
Periandro y Auristela viajandesde las tierras septentrionales de Noruega o Finlandia hasta
Roma, donde revelan su verdadera identidad de enamorados y prometidos y su verdadero
nombre de Persiles y Sigismunda, herederos de los reinos de Tule y Frislandia, para recibir
cristiano matrimonio. Sufrirán peripecias o trabajos: la cautividad entre bárbaros, los celos
de pretendientes de ambos amantes...
En el primer libro quedan los protagonistas rumbo a Europa, aunque una tormenta los
separa. En el segundo libro se recuperan para llegar en el tercer libro a Lisboa y atravesar
Badajoz, Aranjuez u Ocaña hasta Valencia. Por Barcelona, Perpiñán y Provenza llegan a
Milán y, desde Luca, comienza el cuarto libro con su llegada a Roma, donde, logran el
matrimonio, y el final feliz del libro.

Autor más importante

MIGUEL DE CERVANTES.

Dramaturgo, poeta y novelista español, autor de la novela El ingenioso hidalgo don Quijote
de la Mancha, considerada como la primera novela moderna de la literatura universal.
Miguel de Cervantes Saavedra tuvo una vida azarosa de la que poco se sabe con seguridad.
Nació en Alcalá de Henares (Madrid), probablemente el 29 de septiembre de 1547. Pasó su
adolescencia en varias ciudades españolas (Madrid, Sevilla) y con poco más de veinte años
se fue a Roma al servicio del cardenal Acquaviva.
NOVELA BIZANTINA
La novela bizantina, o libros de aventuras peregrinas, es uno de los principales tipos
de prosa narrativa escritos durante el siglo XII por los griegos bizantinos del Imperio
Romano de Oriente. En cierta manera, se trata del género antecesor de la moderna novela
de aventuras. Según la RAE, es un género novelesco, de aventuras, que se desarrolló en
España principalmente en los siglos XVI y XVII, a imitación de autores helenísticos.
La expresión designa un tipo de relato surgido en la literatura griega y cuya estructura
y argumento responden a un esquema común: dos jóvenes amantes, que desean casarse,
encuentran graves obstáculos que se lo impiden: forzada separación, viajes peligrosos,
naufragios, cautiverio, etc. hasta que, finalmente, consiguen la realización de sus anhelos al
encontrarse y comprobar, con satisfacción, que su amor ha permanecido fiel y se ha
fortalecido en medio de tantas pruebas y contratiempos arriesgados.

Se trata, pues, de un género de estirpe clásica. Los valores descubiertos en cuanto a la


técnica narrativa: verosimilitud de la acción y descripción de espacios, verdad psicológica
de los personajes, ingenio de la composición, comienzo in medias res (como en la poesía
heroica), etc. y, sobre todo, en el contenido: visión moralizadora de la vida, exaltación del
amor casto y de los afectos puros promotores de felicidad, castigo del amor ilícito,
abundancia de máximas y sentencias, etc., convierten a estas obras en el modelo ideal de
lectura humanista frente a la invasión de la literatura caballeresca.

Los orígenes de la novela bizantina se remontan a la Grecia helenística de principios del


siglo III d. C., en que el escritor griego Heliodoro de Émesa compuso la obra clásica del
género, las Etiópicas o Teágenes y Cariclea. Este y otros autores de su tiempo
como Aquiles Tacio y su Leucipa y Clitofonte fueron traducidos en Europa durante
el Renacimiento y sirvieron de modelo para que se recrease el género en los siglos XVI y
XVII, en que este género, a causa de su origen griego, fue considerado una especie de épica
en prosa por los preceptistas.

INTRODUCIÓN A LAS NOVELAS BIZANTINAS.

El Clareo y Florisea y la Selva de Aventuras, se les ha denominado «narraciones o novelas


bizantinas», «libros de aventuras», «narraciones de aventuras» o incluso en un ámbito
general «romances» en el sentido anglosajón del término.
Estos diferentes conceptos genéricos presentan diversos acercamientos a los textos por
parte de la crítica. Desde el siglo XIX hasta hace relativamente poco se compararon con
modelos griegos o medievales y los textos se consideraban bizantinos dependiendo de la
fidelidad a este modelo. Sin embargo, el modelo hispánico tiene un destacado rasgo propio
que es el hibridismo con otros géneros.

La novela griega triunfa en el siglo XVI porque se presenta como una literatura entretenida
y evasiva, muy próxima al lector del renacimiento, educado en una ideología y sensibilidad
diferente a la medieval. Esta acepción se concentra en ciertos círculos, especialmente
erasmistas que la reciben como imitación clásica y como moralmente intachable. Desde
esta acepción se hacían más contundentes las objeciones a los libros y a otras cosas de
ficción no moralmente provechosas.

Estos erasmistas y círculos intelectuales fueron los primeros consumidores y también son
los introductores de estas narraciones por medio de traducciones, imitaciones o
recreaciones como la de Reinoso y por tanto son los impulsores de este nuevo género.
Debido a lo reducido de este círculo serán pocos los ejemplares y sus respectivas ediciones,
ni tampoco serán tan influyentes como los moldes de las cuales derivan.

Julio César Scaligero (poetis libri septem, 1561) fue uno de los primeros en presentar las
Etiópicas de Heliodo como un modelo de poesía épica en prosa y en la misma línea estará
Alonso López Pinciano. Heliodoro servirá, además, para ilustrar con su texto aquellos
aspectos que Aristóteles no definía y que tanto fueron debatidos en el XVI. El autor griego
justifica y dignifica, la prosa para la narración épica y fomentará la separación de la
epopeya en verso.

Heliodoro es presentado como modelo de historia ficticia ya que su obra tiene decoro, es
decir, que es coherente en las coordenadas espacio-temporales y adecua su estilo al
comportamiento de personajes y de sus acciones. Además lo es desde el exotismo que dio
pie a narraciones imaginarias posteriores. Nuestros dos autores aprovechan menos este
exotismo y ubican sus narraciones en España o cerca de ella para acercarse más al lector.
Otra característica es que estas obras tienen como objetivo enseñar deleitando y eso
también se consigue acercando la narración al lector. De este modo la verosimilitud ha de
fomentar la admiratio conciliando lo maravilloso con lo verosímil.

Otra de las bases fundacionales del género es la centralidad del argumento amoroso dentro
de la fábula. Será Heliodoro quien justifique y prestigie este nuevo enfoque temático dentro
de la narración áurea. Para pinciano, por lo tanto, la épica amorosa será moralmente válida.
Heliodoro subraya la defensa de la castidad y el dominio de las pasiones para magnificar la
virtud de los protagonistas. Este sobrepujamiento de la castidad contumaz e intachable de
los protagonistas, que suele ser magnificado en los textos del XVII, se abre a un castigo,
ausente en la tradición clásica, cuando los héroes no adoptan una postura decorosa o, muy
raramente, se proyecta como una actitud de desengaño ante el fracaso del amor humano,
como sucede en la primera versión de la selva de aventuras de Contreras.

El estilo propuesto por Heliodoro ha de ser una elocución apropiada para la representación
mimética de la realidad que sea coherente (decorosa), con la variedad de personajes y
situaciones y el mismo tiempo, accesible a un público mayoritario al que pretende instruir
deleitando. Tendrán cabida variedad de discursos retóricos (demostrativo, deliberativo y
judicial).

Denominamos narraciones bizantinas españolas a los textos que partiendo de un modelo de


narración griega, se asientan sobre: la poesía en prosa, dignidad de un argumento amoroso
verosímilmente contado, destinado a provocar la admiración, destinado a provocar la
admiración y que se presenta como historia ficticia; está incluye, en el espacio cambiante
exigido por un viaje, un proceso de encuentro-reencuentro de una pareja enamorada en el
que se suceden distintas pericias que demuestran la ejemplaridad de los protagonistas y
conducen finalmente con el premio a su comportamiento discreto: el matrimonio cristiano.

Entre los textos más cercanos señalaremos los llamados « relatos breves», obras que
estructuralmente se organizan a partir de un viaje que culmina con un reencuentro y
matrimonio. Entre todas ellas destaca la historia de Flores y Blanca flor por ser la más
difundida y porque lo más importante en ella: se produce una cristianización de los motivos
clásicos de las novelas griegas.

La ficción sentimental influye en este nuevo género siendo su representante más cercano
quexa y aviso contra amor de Juan de Segura donde se cuenta el reencuentro y muerte de
dos esposos, Luzindaro y Medusina.

Un libro con el mismo esquema pero ajeno a la tradición clásica será el libro del Peregrino
de Iacomo Caviceo traducido en 1520 por Hernando Díaz. Esta obra produce un fenómeno
de convergencias de las dos corrientes que desembocan en la novela bizantina española: por
un lado está presente la tradición medieval; por otro, recoge la vertiente clasicista
procedente del humanismo renacentista que recupera directamente a Heliodoro y a Aquiles
Tacio, de cuyas traducciones la versión de Hernando Díaz es estrictamente contemporánea.

Esta versión tiene modificaciones respecto al original, las que nos interesan son las que se
dirigen hacia la hispanización del relato. En esta obra sesustituyen personajes italianos o
mitológicos por españoles, el discurrir de los protagonistas por un escenario como España y
la introducción de un diálogo intertextual con la Celestina que, a nuestro juicio, lleva la
narración hacia un final desgraciado, con el matrimonio y posterior muerte de sus
protagonistas.
En el siglo XVI hallamos dos narraciones influidas por la novela griega pero que,
precisamente por no presentar el cambio cualitativo por acumulación que indicábamos
como señal inequívoca del nuevo género, no se suelen considerar dentro de él. Se trata de
Lidamarte de Armenia (1568) de Frías y Balboa y Viaje y Naufragios del Macedonio
(1578) de Juan Bautista de Loyola.

Cumplen con dos funciones importantes con respecto al género narrativa bizantina
española: por un lado ofrecen distintas modificaciones sobre la base del género clásico; por
otro, crean un ambiente entre el público y entre los propios autores que alimentará el nuevo
molde genérico, cuyo primer representante de la obra es Nuñez de Reinoso: Los amores de
Clareo y Florisea y los trabajos de la sin ventura Isea.

Esta obra fue criticada como fragmentaria, primeriza e inacabada por la crítica de su
tiempo. Esto es difícil de justificar, cuando la narración se presenta totalmente cerrada
desde un yo que narra en presente una historia que le ha llevado a su estado de desolación.

Para entender la estructura del clareo es necesario distinguir dos planosnarrativos


diferentes: Uno presente (A) – Señalando por los «agora», «aquestos»- Desde el que la
protagonista relata toda la obra; y otro (B) conformado por el conjunto de los episodios que
la narradora presenta como pasados. De tal forma que el plano (A) delimita, enmarca y los
relatos del plano (B). La presencia de un narrador en primera persona que cuenta en forma
de testigo o protagonista las aventuras que padeció o vio busca ante todo la similitud toda la
verosimilitud y la ejemplaridad del relato, elementos estos estimamos esenciales en la
configuración del género. Tampoco se produce un comienzo en media res porque no es
posible.
Es un personaje proyectado a partir de la Mélite tacina dibuja con trazos bien diferentes,
cifrados en su sensualismo más desesperado y refinado, su conciencia de fracaso y su
carácter melancólico que Bataillon ha identificado con la voz de Reinoso.

El yo confesional se explica porque Isea se decide a «escribir esta [su] obra presente»
presente en el plano (A). Esta decisión justificará, el resto de las narraciones, incluso las
ajenas al personaje.

Dos circunstancias importantes de este yo narrador: su condición femenina y la función


autoconsolatoria de su criatura. Este narrador/personaje tiene su justificación en Ovidio y
en Boccacio. La influencia del primero no se limita al tono, a la saudade de la protagonista
o el consuelo personal supone la escritura.

En Merina e Moça el destinatario no esequivalente, aunque sea el mismo tema en la obra


portuguesa es «Meu amigo verdadeiro». Este destinatario ha de vincularse a la presencia de
los confidentes típicos de la lírica gallego-portuguesa, es decir, el yo relata a sus próximos
sus penas de amor.
El público de la narración bizantina era mayoritariamente joven y femenino. De ahí las
nuevas características del género: desde el argumento amoroso como tema central hasta el
declarado peso femenino de las narraciones, como es bien patente en la obra de Reinoso y
el papel clave de Isea.

Este yo narrador tiene un papel muy activo con respecto a la narración la ordena e implica a
los receptores en su relato. En primer lugar, es una narradora preocupada por su tarea y
explica por qué, para quien y para que escribe. A veces es consciente de que la historia se le
escapa, también es consciente de su labor testimonial: adelanta, recuerda lo relatado,
anuncia la continuación de la historia. Toda esa riqueza funcional del narrador, siempre en
el plano (A), no hace más que trabar la obra.

Todos estos elementos no son más que episodios de las aventuras padecidas por Isea, que
sirven para justificar el estado de tristeza y soledad de la protagonista. No son como
siempre se ha dicho, ni base ni marco estructural. A diferencia del modelo griego, Isea está
destinada al fracaso porque el héroe bizantino está presente el héroe bizantino está
destinado a casarse con su esposa, así que resistirálos acechos de Isea y amará solamente a
Florisea. Eligiendo un solo punto de vista contumaz fracasado, para relatar la historia; y a
través de su único punto de vista, que es verosímil pero no objetivo, se nos explicará la
fábula. Así hablamos de verosimilitud pero no de realismo como sucederá en la picaresca.

En cuanto a la integración de la tradición caballeresca, se produce por medio del papel de


Isea como acompañante fiel, de sombra del caballero, incluso en su bajada a los infiernos.
Isea en estas aventuras también fracasa ya que Felisindos triunfa alcanzando la Casa del
Descanso; mientras llega a la ínsula Pastoril desde donde relata sus desgracias; ambas
tradiciones no hacen más que reafirmar el estado de desolación de Isea.

Solo desde los planos narrativos y temporales (A) y (B) se entiende la llamada estructura
simétrica de las aventuras de Clareo y Florisea y Felisindos porque ambas se extienden y se
explican narrativamente en (B). Y también así deben entenderse la presencia de motivos
recurrentes que enlazan las dos partes, por debajo del marco general que es el plano
narrativo (A).

En el libro vemos que imita de Aquiles Tacio a través de Amorosi Ragionamenti de


Ludovico Dolce. La mayor muestra de esto se encuentra en el juicio público, tópico final de
las narraciones clásicas.

La castidad clásica adquiere un valor capital en el género hispánico: anuncia el problema de


la honra, el decoro femenino y la defensa dela libertad individual y personal frente a la
arbitrariedad se la Fortuna, y que se justifica por el valor de sus propias acciones en la
desesperada situación de Isea que, en última instancia desea ser adúltera con la
consideración de pecaminosa y hasta delictiva que esta figura podría tener en el XVI.
Todos estos elementos siguen fielmente aquellos rasgos de la poética del género que
trazamos al comienzo de este trabajo. Otro será el amor como argumento central de la
fábula. Este amor presenta un proceso evolutivo de una concepción cortés medievalizante
que lleva a la protagonista a alejarse del mundo y que causa su desesperación y tristeza para
llegar a una concepción neoplatónica en el que el sentimiento es presentado como fuerza
irresistible pero ennoblecedora para quien lo sufre. Muy característico es el acercamiento
espacial, la denominada en ciertos momentos nacionalización, que busca en última
instancia la verosimilitud.

Esta obra tiene un claro fin ejemplarizante que el propio Reinoso especifica como premio
para los virtuosos: Clareo y Florisea, con el matrimonio cristiano, Felisindos premiado por
su fortaleza de ánimo con el amor de Luciandra; y castigo para los desviados: Isea se queda
sola sufriendo y llorando por su amor ilegítimo en su lugar ameno de la ínsula Pastoril.

En conclusión, vemos no solo que la crítica de Vilanova, que tacho la obra de fragmentaria
e inmudara, sino que también vemos que es unaintegración bastante conseguida de
elementos literarios diversos por medio de una técnica modalizadora nueva que aporta
unidad y explica el significado.

La narración bizantina española se consolida en el SVI gracias a La selva de Aventuras de


Jerónimo de Contreras. Su autor con un deseo literario evidente de configurar e integrar su
obra dentro del género, casa feliz y humanamente a sus dos protagonistas. ¿Dónde queda la
purgación ascética del peregrino? Se puede retomar el razonamiento desde otra perspectiva:
el premio es el matrimonio, pero el matrimonio cristiano que compagina el comportamiento
ejemplar intachable con el amor humano.

Contreras conoce su desvinculación del género y hace una nueva versión. La nueva versión
de nueve libros es una reconducción quizá provocada por la lectura de modelos clásicos o
incluso el texto de Reinoso. El género seguirá estos derroteros y no los de la selva. La selva
no es más que la continuación paradigmática del modelo ya establecido.

La selva de aventuras fue publicada en Barcelona por primera vez en 1565 y reeditada al
menos en 8 ocasiones. La edición de nueve libros fue impresa en Álcala en 1582. La
modificación realizada por Contreras se justificó como una presión inquisitorial; pero la
crítica reciente ha demostrado que la transformación por Contreras es debida a causas
literarias y con seguridad derivadas de Heliodoro.

La narración se plantea inicialmente como una peregrinación en la que el héroe viaja para
olvidar, como en la tradición ovidiano-petrarquista y posteriormente pastoril. Pero ya desde
el principio surgen otros motivos no siempre comunes a dichas tradiciones: la curiosidad y
la búsqueda de aventuras como experiencia humana.
La novela de Peregrinación se plantea inicialmente cortesano sentimental de un héroe que
evoluciona hacia una dirección ascética dentro de un proceso de formación cristiana. Y esto
se produce sobre la base de un viaje. En él se recorren lugares nada exóticos para un
español: España, Portugal, Italia y Argel.

En el marco general del viaje se insertan una serie de elementos muy variados que se
justifican por el tópico de la belleza de la variedad natural y por presentar distintas
respuestas del hombre a estímulos diferentes con el motivo de pintar mejor el
comportamiento humano.

Los frecuentes relatos intercalados se presentan mediante el encuentro con un personaje que
relata una historia. Aquí a diferencia del clareo son narraciones cerradas. El héroe
peripatético se va encontrando con personajes ejemplares y experimentados, pero estáticos,
que ilustran su experiencia y lo enriquecen; una experiencia de Luzmán que es siempre
teórica, al menos en los primeros libros.

Sin embargo, dado el carácter ejemplarizante de la obra, los episodios señalan distintas
virtudes cristianas relacionadas en general con el menosprecio de los bienes mundanos.

Como ya hemos señalado el amorserá el tema central de todos los relatos y. por ende, de la
narración en conjunto. No será el amor humano visto de forma negativa. En la narración se
presentan distintos casos en los que el amor es el elemento clave y que arrojan diversas
soluciones siempre desde una postura cristiana, en la que el amor huimano sometido a la
razón y legitimado por el matrimonio, es una vía válida de perfeccionamiento del individuo
y acceso a la divinidad. El peligro del amor está en las perversiones humanas y en la
inestabilidad del destino de los amantes.

Lejos de toda condena, posibilitará la versión última de la obra e integrará ideológicamente


a la perfección los dos últimos libros añadidos. El amor será el centro temático de la gran
cantidad de elementos didácticos en verso presentes en la Selva de Aventuras. Pudo haberlo
tomado de los libros de pastores que se habían publicado.

El autor insertará piezas en verso que servirán de contrapunto para el hilo argumental. Si
consideramos el viaje del héroe sobre un eje en el que se establecen una serie de relaciones
de tipo sintagmático, estas piezas serán elementos que entablarán relaciones de tipo
paradigmático es decir, darán profundidad narrativa e ideológica aunque no lo hagan
avanzar. Del tal forma que su integración en la estructura de la narración es plena, mientras
configuran parte de la educación de Luzmán, con lo cual se demostrará el arte.

Este último concepto es una marca de génerohispano que comparten Clareo y la Selva . Así
las dos responden a una vocación unitaria didáctico-moral polarizada en ejemplos
(“semejanzas”) y escarmientos (“avisos”)
El héroe a partir del séptimo libro cuando compruebe prácticamente en dos direcciones los
cambios de fortuna con su cautiverio en Argel y su enfrentamiento ante el rechazado de
Arboleda. En ambas surge la paciencia como virtud estoico-senequista que se transforma al
avanzar la narración, en una fe casi quietista en la providencia.

La segunda prueba, la superación cristiana del rechazo de Arboleda, se cambia


radicalmente con la versión de 1582. Este añadido, plagado de motivos y tópicos
bizantinos, es coherente con los siete libros anteriores sin que éstos hubiesen sido
corregidos o modificados; Contreras solamente reemprende la narración allí donde había
señalado que Arboleda decidía profesar. La consideración positiva del matrimonio cristiano
dejaba abierta la puerta al final feliz de la Selva de 1582.

Hay que tener presente la última versión del autor. En ella, será la presencia activa del
protagonista femenino la que definitivamente consolide la obra dentro del género: en efecto
remite directamente a la tradición griega, posibilita la doble acción, los episodios
entrelazados, la presencia del motivo de la castidad y más hispanamente el dolor de una
mujer sola y activa, por ultimo justifica el premio a un comportamiento ejemplar que es,
además, otro de losrasgos canónicos del género: matrimonio cristiano. La presencia activa
de Arbolea es lo que convierte definitivamente la Selva en una narración bizantina.

Si añadimos a ello el papel central que desempeña la Providencia, enfrentada a ola fortuna,
nos acercamos al nuevo género hispánico. En la Selva de 1582, la intervención divina será
determinante para la resolución de los conflictos.

Señalábamos la presencia activa y explícita de Arboleda posibilitada otro de los rasgos del
género: el final feliz y el matrimonio cristiano. Se trata de la culminación de los trabajos de
los protagonistas y el premio a un aprendizaje cristiano y moral. Un premio que se hace
bien patente en las palabras del narrador.

Así como Isea era una heroína desesperanzada que alcanza un final más literario que
cristiano, Luzmán es un héroe plenamente ejemplar que logra el final feliz por medio de la
sublimación del amor humano a través del matrimonio cristiano.

Las dos obras cumplen rasgos generales de la poética del género que hemos trazado según
los preceptistas del XVI a partir de la narración clásica: son narraciones en prosa,
verosímiles con un estilo medio pero adecuado a cada circunstancia, en las que el amor es
el tema principal, protagonizado por una pareja de enamorados, tema que se inserta en la
estructura peripatética de un viaje, convertido en una experiencia enriquecedora y
ejemplarizante que finaliza cuando se alcanza el premio final.

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