¿Conoces realmente la obra de Maquiavelo? 10 ejemplos prácticos de su pensamiento

¿Conoces realmente la obra de Maquiavelo? 10 ejemplos prácticos de su pensamiento

Nicolás Maquiavelo fue un filósofo, político e historiador italiano del siglo XV y XVI, considerado como el fundador de la ciencia política moderna. Su obra más famosa es «El Príncipe», un tratado sobre el arte de gobernar, donde expone sus ideas sobre cómo debe actuar un príncipe para mantener el poder y la estabilidad de su estado. Maquiavelo es conocido por su realismo político, su pragmatismo y su visión de la moral como algo relativo y adaptable a las circunstancias.

Sin embargo, la obra de Maquiavelo ha sido a menudo malinterpretada y criticada por su supuesta falta de escrúpulos y su defensa del engaño, la violencia y la crueldad como medios legítimos para alcanzar los fines políticos. Su nombre se ha convertido en sinónimo de maquiavélico, un adjetivo que se usa para describir a alguien que actúa con astucia, manipulación y falta de moral.

Pero ¿es esta una imagen justa y completa de Maquiavelo? ¿O hay aspectos positivos y valiosos en su pensamiento que pueden servirnos de guía e inspiración para nuestra vida personal y profesional? En este artículo vamos a presentar 10 ejemplos de aplicaciones prácticas de la obra de Maquiavelo, intentando mostrar un tono positivo de su pensamiento, procurando quitar esa mala fama que siempre se ha dado a este pensador y resaltando lo pragmático y aplicable que puede ser seguir sus indicaciones para llevar una vida virtuosa tanto en lo laboral como en la vida social del día a día.

Ejemplo 1: Aprende de la historia

Maquiavelo era un gran estudioso de la historia, especialmente de la antigüedad clásica. Él creía que la historia era una fuente inagotable de lecciones y ejemplos para los gobernantes y los ciudadanos, ya que mostraba los aciertos y los errores de los hombres en el pasado. Maquiavelo decía que «quien quiera prever el futuro debe consultar el pasado; porque los acontecimientos humanos se parecen siempre a los antiguos».

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Aprender de la historia nos puede ayudar a entender mejor el presente, a anticipar los posibles escenarios futuros y a tomar decisiones más sabias y prudentes. La historia nos puede enseñar valores, principios, estrategias, modelos y contra-modelos que podemos adaptar a nuestra realidad. La historia también nos puede inspirar a emular las virtudes y las hazañas de los grandes personajes que admiramos o a evitar los vicios y las calamidades de los que despreciamos.

Ejemplo 2: Sé flexible y adaptable

Maquiavelo era consciente de que el mundo estaba en constante cambio y que los gobernantes debían estar preparados para adaptarse a las nuevas circunstancias. Él decía que «el príncipe debe tener el ánimo dispuesto a cambiar según le convenga al viento o a las variaciones de la fortuna». Maquiavelo también afirmaba que «no hay nada más difícil de llevar a cabo, ni más dudoso de éxito, ni más peligroso de manejar, que iniciar un nuevo orden de cosas».

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser flexible y adaptable nos puede ayudar a aprovechar las oportunidades que se presentan, a superar los obstáculos que se interponen y a innovar y crear valor en un entorno competitivo y cambiante. Ser flexible y adaptable también nos puede ayudar a aceptar con serenidad lo que no podemos cambiar y a buscar soluciones alternativas o creativas. Ser flexible y adaptable también nos puede ayudar a mantener una actitud abierta y curiosa ante la diversidad y la complejidad del mundo.

Ejemplo 3: Sé realista y pragmático

Maquiavelo era un realista y un pragmático, que no se dejaba engañar por las apariencias ni por las ilusiones. Él decía que «el príncipe debe ser un gran simulador y disimulador», es decir, que debía saber fingir y ocultar sus verdaderas intenciones y emociones cuando fuera necesario. Maquiavelo también decía que «el príncipe debe tener cuidado de no hacer nada que le haga ser odiado o despreciado», es decir, que debía tener en cuenta la opinión pública y la reputación que le daban sus acciones.

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser realista y pragmático nos puede ayudar a ver las cosas como son y no como quisiéramos que fueran, a evaluar los riesgos y los beneficios de cada opción y a actuar con eficacia y eficiencia. Ser realista y pragmático también nos puede ayudar a manejar nuestras emociones y a controlar nuestros impulsos, a saber cuándo hablar y cuándo callar, a saber cuándo ser sinceros y cuándo diplomáticos. Ser realista y pragmático también nos puede ayudar a cuidar nuestra imagen y nuestra reputación, a saber qué impresión causamos en los demás y a mejorar nuestra comunicación y nuestra influencia.

Ejemplo 4: Sé audaz y decidido

Maquiavelo era un admirador de la audacia y la decisión, que consideraba como cualidades esenciales para el éxito. Él decía que «la fortuna es una fiera, y si se la quiere tener bajo, hay que golpearla y maltratarla», es decir, que había que atreverse a desafiar al destino y a tomar las riendas de la propia vida. Maquiavelo también decía que «es mejor ser impetuoso que cauto, porque la fortuna es inclemente; y es necesario, si se quiere mantenerla bajo control, golpearla y coaccionarla», es decir, que había que actuar con rapidez y determinación cuando se presentaba una oportunidad.

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser audaz y decidido nos puede ayudar a salir de nuestra zona de confort y a explorar nuevos horizontes, a enfrentarnos a nuestros miedos y a superar nuestros límites, a aprovechar las ventajas competitivas y a crear diferencias. Ser audaz y decidido también nos puede ayudar a tomar la iniciativa y la responsabilidad de nuestras acciones, a no dejar pasar las ocasiones ni depender de los demás, a resolver los problemas con agilidad y solvencia. Ser audaz y decidido también nos puede ayudar a generar confianza y respeto en nosotros mismos y en los demás, a demostrar nuestro valor y nuestro potencial.

Ejemplo 5: Sé virtuoso y generoso

Maquiavelo era un defensor de la virtud y la generosidad, que entendía como la capacidad de hacer el bien tanto para uno mismo como para los demás. Él decía que «el príncipe debe desear tener una reputación de liberal», es decir, de generoso y magnánimo. Maquiavelo también decía que «el príncipe debe hacerse amar por el pueblo», es decir, que debía ganarse el afecto y la lealtad de sus súbditos.

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser virtuoso y generoso nos puede ayudar a cultivar nuestra ética y nuestra moral, a actuar con honestidad e integridad, a respetar las normas y los derechos de los demás. Ser virtuoso y generoso también nos puede ayudar a desarrollar nuestra empatía y nuestra solidaridad, a compartir nuestros recursos y nuestros conocimientos, a colaborar con los demás para lograr objetivos comunes. Ser virtuoso y generoso también nos puede ayudar a construir nuestra reputación y nuestra credibilidad, a crear relaciones positivas y duraderas, a inspirar confianza y admiración en los demás.

Ejemplo 6: Sé prudente e inteligente

Maquiavelo era un partidario de la prudencia y la inteligencia, que consideraba como las virtudes más importantes para el buen gobierno. Él decía que «el príncipe debe ser prudente como el zorro y fuerte como el león», es decir, que debía combinar la astucia y la fuerza para enfrentarse a las situaciones difíciles. Maquiavelo también decía que «el príncipe debe leer mucho, especialmente historia y filosofía, para adquirir conocimiento y sabiduría».

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser prudente e inteligente nos puede ayudar a pensar antes de actuar y a elegir la mejor opción en cada caso, a analizar las causas y las consecuencias de nuestros actos y a prevenir los posibles problemas. Ser prudente e inteligente también nos puede ayudar a desarrollar nuestra capacidad crítica y creativa, a aprender de nuestras experiencias y de las de los demás, a ampliar nuestros conocimientos y nuestras habilidades. Ser prudente e inteligente también nos puede ayudar a mejorar nuestro juicio y nuestro razonamiento, a argumentar con lógica y con evidencia, a persuadir con elocuencia y con autoridad.

Ejemplo 7: Sé moderado y equilibrado

Maquiavelo era un partidario de la moderación y el equilibrio, que entendía como la armonía entre los distintos aspectos de la vida. Él decía que «el príncipe debe evitar los extremos, tanto en lo bueno como en lo malo», es decir, que debía huir de los vicios y de las virtudes excesivas que podían perjudicarle o hacerle perder el favor del pueblo. Maquiavelo también decía que «el príncipe debe tener una vida ordenada y regular, sin dejarse llevar por los placeres ni por las pasiones».

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser moderado y equilibrado nos puede ayudar a cuidar nuestra salud física y mental, a evitar los hábitos nocivos y los excesos que pueden dañarnos o hacernos perder el control. Ser moderado y equilibrado también nos puede ayudar a gestionar nuestro tiempo y nuestros recursos, a priorizar lo importante sobre lo urgente o lo trivial, a establecer metas realistas y alcanzables. Ser moderado y equilibrado también nos puede ayudar a mantener nuestra estabilidad emocional y nuestra paz interior, a no dejarnos llevar por la ira o por la tristeza, a buscar el bienestar propio y el ajeno.

Ejemplo 8: Sé leal y fiel

Maquiavelo era un defensor de la lealtad y la fidelidad, que entendía como el respeto y el compromiso con los propios principios y con los demás. Él decía que «el príncipe debe tener amigos fieles y leales, que le den buenos consejos y le defiendan en las adversidades», es decir, que debía rodearse de personas de confianza y de valor que le apoyaran y le ayudaran. Maquiavelo también decía que «el príncipe debe ser fiel a su palabra, siempre que no le perjudique ni le impida cumplir con su deber», es decir, que debía ser honesto y cumplidor con sus promesas y sus obligaciones.

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser leal y fiel nos puede ayudar a fortalecer nuestra identidad y nuestra autoestima, a actuar con coherencia y con dignidad, a defender nuestros valores y nuestros ideales. Ser leal y fiel también nos puede ayudar a cultivar nuestra amistad y nuestro amor, a dar y recibir apoyo y afecto, a compartir nuestras alegrías y nuestras penas. Ser leal y fiel también nos puede ayudar a fomentar nuestra confianza y nuestra lealtad, a honrar nuestros compromisos y nuestros contratos, a respetar nuestras normas y nuestros acuerdos.

Ejemplo 9: Sé humilde y sencillo

Maquiavelo era un defensor de la humildad y la sencillez, que entendía como la ausencia de orgullo y de ostentación. Él decía que «el príncipe debe evitar ser despreciado y odiado; y una de las cosas que más le hace ser odiado y despreciado es ser tenido por rapaz, y ser rapaz es cosa muy natural y propia de los príncipes», es decir, que debía evitar ser codicioso y abusar de su poder. Maquiavelo también decía que «el príncipe debe vivir con su pueblo, participar en sus fiestas y ceremonias, mostrar interés por sus costumbres y sus necesidades», es decir, que debía ser cercano y accesible a sus gobernados.

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser humilde y sencillo nos puede ayudar a reconocer nuestras limitaciones y nuestras debilidades, a aceptar nuestros errores y nuestras críticas, a mejorar nuestro aprendizaje y nuestro rendimiento. Ser humilde y sencillo también nos puede ayudar a valorar lo que tenemos y lo que somos, a no dejarnos cegar por la ambición o por la envidia, a disfrutar de las cosas simples y naturales. Ser humilde y sencillo también nos puede ayudar a generar simpatía y respeto en los demás, a no presumir ni despreciar a nadie, a mostrar interés y comprensión por los demás.

Ejemplo 10: Sé valiente y honorable

Maquiavelo era un defensor de la valentía y el honor, que entendía como el coraje y la dignidad para enfrentarse a los desafíos y defender los ideales. Él decía que «el príncipe debe tener un ánimo grande y un espíritu elevado, para que no se asuste ante la adversidad ni se desanime ante las dificultades», es decir, que debía ser fuerte y optimista ante los problemas. Maquiavelo también decía que «el príncipe debe preferir morir con honor que vivir con infamia», es decir, que debía estar dispuesto a sacrificar su vida por una causa noble.

Podemos aplicar este consejo de Maquiavelo a nuestra vida cotidiana, tanto en el ámbito personal como profesional. Ser valiente y honorable nos puede ayudar a superar nuestros miedos y nuestras dudas, a asumir riesgos y retos, a perseverar en nuestros proyectos y sueños. Ser valiente y honorable también nos puede ayudar a defender nuestra libertad y nuestra justicia, a luchar por nuestros derechos y nuestros deberes, a contribuir al bien común y al progreso social. Ser valiente y honorable también nos puede ayudar a mantener nuestra integridad y nuestro respeto, a no traicionar ni rendirnos ante nadie, a vivir con orgullo y con honor.

Conclusión

Como hemos visto, la obra de Maquiavelo no es tan negativa ni tan cínica como se suele pensar. Al contrario, contiene muchos consejos prácticos y útiles para nuestra vida personal y profesional, que podemos aplicar con un tono positivo y constructivo. La obra de Maquiavelo nos invita a ser realistas pero también optimistas, pragmáticos pero también éticos, flexibles pero también firmes, audaces pero también prudentes. La obra de Maquiavelo nos invita a ser virtuosos en el sentido más amplio de la palabra: capaces de hacer el bien tanto para nosotros mismos como para los demás.

Lecturas recomendadas de Maquiavelo

Si te ha interesado la obra de Maquiavelo y quieres profundizar más en su pensamiento y su contexto histórico, te sugerimos las siguientes lecturas:

  • El Príncipe

  • Discursos sobre la primera década de Tito Livio

  • La mandrágora

Carlos Martín Pérez

Cuadro Intermedio Estado Español

1 mes

También recomiendo "La sabiduría secreta de Maquiavelo" https://amzn.to/47tu1Ou

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