MONO GONZÁLEZ: A ESCALA HUMANA

A escala humana es la primera exposición individual en un museo del emblemático muralista, artista visual, escenógrafo de teatro, cine y televisión chileno Mono González (Curicó, 1947).

Presentada por el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Santiago, la muestra recorre su trayectoria creativa a través de más de 100 obras, incluyendo serigrafías, xilografías, acrílicos sobre tela, cuadernos de viaje, bosquejos y exploraciones en soportes menos comunes como papel de diario y papel volantín.

A escala humana centra la mirada en un eje que cruza la carrera del artista: la condición de lo popular en el arte, triangulando lo íntimo, lo público y lo político.

“Esto me ha ayudado a mirarme. Tengo 76 años y es como si me estuviera deshaciendo en esta tercera edad. Entonces, estoy diciendo: Aquí quiero empezar algo nuevo. Estoy renaciendo, y eso es re importante porque a mis años esto me está motivando”, cuenta el artista, uno de los fundadores de la Brigada Ramona Parra (BRP).

“Lo mío es bien político, pero no tiene que ver con el panfleto. Detesto el panfleto, esa cosa literal y obvia. Siempre he creído que hablo de la magia, de la poesía, no de lo bruto ni lo directo. Me gustan las cosas de otra manera, como cuando hablamos de cariño. Tiene que ver con eso, es como acariciarnos. Entonces con la materialidad, con el soporte, con la iconografía, con el imaginario están esas cosas”.

En el marco de esta exhibición se donaron tres obras a la Colección MAC. Se trata de piezas de gran formato alusivas a Víctor Jara realizadas en el año 2007. Dos de ellas fueron encontradas en la basura de la Universidad ARCIS por un grupo de jóvenes artistas que las reconocieron y las devolvieron a Mono González, quien posteriormente las donó al museo.

«Fueron a recoger sus obras, sus cosas, sus materiales de arte, y encontraron estas obras (Cuadros de Víctor Jara). Las tomaron y se las llevaron al Museo de Arte Contemporáneo (MAC). Y en el MAC me llamaron a mí, y volvieron», comentó González a Radio 13C. “Estoy feliz de que el museo cobije estas obras, porque logra hacer que algo que podría haber muerto, viva”.

La antesala de la exposición es ocupada totalmente por un mural pintado por el artista los días previos a la inauguración de la muestra. De colores vivos y en alusión a un paredón de fusilamiento, Soy testigo (2023) es el mural más reciente del artista, realizado en alrededor de siete días.

“En varias de las obras hay códigos visuales que se repiten, como la muerte de los detenidos desaparecidos, los torturados, una serie de los humedales, del agua, otras del hombre, vinculado al amor, la pareja”, recalca el artista.

La escala humana es el primer lugar desde donde se construye la visualidad de Mono González, quien define esta muestra como una especie de examen de grado en su carrera. Un gesto simple, el cual ha ensayado por años y que es relevado aquí. “Me interesa que la gente vea la obra y arme su propio discurso”, recalca el artista, que tuvo como profesores a Fernando Marcos y a Osvaldo Reyes, quienes habían sido ayudantes de pintores como Siqueiros, Orozco y Rivera en México.

Hijo de padre obrero y madre de campo, Mono González se une a las Juventudes Comunistas hacia finales de los años 60 para participar en actividades de cultura y propaganda. En 1969, participa junto a otros artistas en la Brigada Ramora Parra, creando murales durante la campaña del entonces candidato a la presidencia Salvador Allende. Cercano al pintor chileno Roberto Matta, trabajaron en coordinación con la Brigada y habitantes de la comuna de La Granja en el mural El primer gol del pueblo chileno.

Tras el golpe militar que encabezó el general Augusto Pinochet, el Partido Comunista fue disuelto y, como otros militantes, González debió entrar en la clandestinidad. Para subsistir junto con su familia, trabajó como carpintero; además, bajo un nombre falso desempeñó labores de tramoyista, pintor y escenógrafo en el Teatro Municipal de Santiago​ entre 1982 y 1987.​ Durante esos años, comienza a trabajar en la escenografía de películas como La frontera de Ricardo Larraín, Machuca de Andrés Wood y La danza de la realidad de Alejandro Jodorowsky, y participa en la escenografía de las campañas televisivas del No durante el plebiscito nacional de Chile de 1988.​

A través del simbolismo en su obra, figuras de colores planos con gruesos contornos en negro, representa tópicos relacionados con el trabajador y obrero común, su vida y su trabajo y las injusticias sociales, entre otros.

MONO GONZÀLEZ: A ESCALA HUMANA

Museo de Arte Contemporáneo (MAC), sede Parque Forestal, Santiago de Chile

Del 29 de marzo al 30 de septiembre de 2023